¿REALMENTE DEUTERONOMIO 30:19 PRUEBA QUE EL HOMBRE TIENE LIBRE ALBEDRÍO PARA ESCOGER SI RECIBE LA SALVACIÓN O LA RECHAZA?
En principio aquí no está hablando de escoger o
rechazar la vida eterna, aquí Dios le está hablando a personas que estaban bajo
la ley, y a lo que aquí se refiere no es a la vida eterna, sino a la vida
física, porque sabemos que la pena por violar la ley era precisamente la
muerte.
A continuación vamos a probar que Deuteronomio 30:
19 nunca se puede referir a la vida eterna.
Gal 3:21
¿luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada
pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.
Aquí en Gálatas 3:21 la palabra vivificar es la
misma palabra que se utiliza en Efesios 2:5 para referirse a la vida en Cristo
que reciben los que son salvados.
Efesios 2:5
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con
Cristo (por gracia sois salvos).
De modo que si la misma palabra nos dice, que la
ley no puede vivificar, es decir, no puede dar la vida eterna, porque de ser
así la justicia sería por la ley.
Esto implica que Deuteronomio, no puede estar
refiriéndose a escoger o rechazar la vida eterna.
Pero hay otra consideración de fundamental
importancia aquí, porque muchos erradamente infieren que esta exhortación a
escoger la vida o la muerte, implica que el hombre tenía la libertad para
hacerlo.
¿El hecho de que Dios demandara guardar la ley,
bajo el antiguo pacto, implicaba que el hombre tenía capacidad para
guardarla????? De ninguna manera.
Esto establece un precedente, de que la incapacidad
no anula la responsabilidad.
La Biblia enseña que Dios demanda al hombre que se
arrepienta.
Pero también la Biblia enseña que el hombre está
absolutamente incapacitado para anhelar la salvación.
Ambas cosas son verdad. Y nos toca creer y enseñar
ambas cosas.
Reitero, la incapacidad no anula la
responsabilidad.
Lo que sí está claro en la escritura, porque el
mismo Señor Jesucristo lo enseñó, es que todos absolutamente todos están
incapacitados para venir a Cristo, porque todos absolutamente todos están:
endurecidos en sus corazones, con el entendimiento entenebrecido, la voluntad
inclinada al mal, y al mismo tiempo cegados por satanás.
Pero basta de palabrería y vayamos a lo que dice la escritura:
¿Sabes lo que dice la Biblia sobre el libre
albedrío? Veamos
2Co 4:3 pero
si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está
encubierto. 2Co 4:4 en los cuales el
dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
1Juan 5:19
sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
Efesios 2:1
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos
y pecados.
Rom 8:7 Por
cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden.
1Co 2:14
pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Según la escritura, el hombre sin Cristo, está
cegado por satanás y bajo su autoridad no puede entender las cosas de Dios ni
tampoco quieren sujetarse a Dios.
¿De qué libre albedrío me hablan?
De no ser por el llamamiento eficaz o gracia
irresistible, el cielo estaría despoblado, porque ningún ser humano querría
venir a los pies de Cristo a pedir salvación.
Y esto no es un invento de Calvino sino que lo
afirmó el mismo Señor Jesucristo. Veamos: Juan 6:44 ninguno puede venir a mí, si el Padre que me
envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
La palabra trajere, en el texto griego original
significa arrastrar con fuerza compulsiva, y este término aparece dos veces más
en el Nuevo Testamento, aparece en el libro de los Hechos cuando dice que Pablo
y Silas fueron arrastrados a los tribunales, y aparece en Santiago capítulo
2:6.
Pero analicemos este versículo en profundidad,
Jesús está presentando la doctrina de la total depravación humana, él es
enfático, él dice ninguno, y en esta declaración está implícita la verdad de
que el libre albedrío no existe. Jesucristo lo negó enfáticamente. Ninguno
puede venir a mí, si mi Padre no le arrastrare con fuerza compulsiva.
Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor Daniel Nicolas Pastore