Salvación
es por fe sin las obras de la Ley o cualquier accionar que pretenda ganar el cielo, la salvación es un regalo de Dios en
nuestro Señor Jesucristo, no es una recompensa o premio, lea este texto por
favor:
Ef
2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo
(por gracia sois salvos),
Ef
2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús,
Ef
2:7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia
en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Ef
2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios;
Ef
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe, Efesios 2.5-9
Rom.
6.22 Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna
Rom.
6.23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jesús Señor Nuestro.
Romanos
6.22-23
La
Biblia es clara al decir que no podemos ganar la salvación. Pablo escribió en
Romanos 3:20: “por las obras de la ley ningún ser humano será justificado
delante de el”. Escribió en Gálatas 3:10 que quienes dependen de las buenas
obras para ser salvos están bajo maldición y ninguno de nosotros puede guardar
esa ley. Todos estamos justificadamente condenados al castigo eterno a menos
que Dios intervenga por gracia. Eso es precisamente lo que Dios ha hecho. Dios
nos trae salvación por gracia y nuestra respuesta es la fe. Pero ni siquiera
nuestra fe viene de nosotros mismos. “No es de vosotros” se refiere no solo a
la gracia sino también a la fe. Tenemos que creer para ser salvos pero como
estamos muertos en pecado no podemos creer. El hombre natural no puede entender
las verdades espirituales (1 Co. 2:14), así que no puede creer. El dios de este
siglo (el diablo) les ha cegado el entendimiento a los incrédulos para que la
luz del evangelio no pueda brillar sobre ellos (2 Co. 4:4). Así que esa era
nuestra condición antes de ser salvos; en las tinieblas, muertos en nuestros
pecados, ciegos a la verdad, sin esperanza y sin Dios (Ef. 2:12). Estamos
indefensos, incapaces de generar fe a partir de nuestro seco corazón.
Dios
tiene que dar vida a nuestro seco corazón. Dios tiene que dar vista a nuestros
ojos ciegos. Dios tiene que dar entendimiento a nuestras mentes entenebrecidas.
Por lo tanto, toda la obra de salvación es un milagro de Dios. Creemos el
evangelio y recibimos al Señor Jesucristo por fe pero es Dios quien nos da el
deseo, la capacidad y el entendimiento para hacer eso. Ninguno de nosotros
puede gloriarse acerca de nuestra fe o de nuestra salvación, ya que es todo
debido a la gracia de Dios de principio a fin.
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