Juan 1:12; 1 Juan 3:1-2
En 1 Juan 3:10 dice “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo:
todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” leemos que
hay dos grupos de personas: hijos de Dios e hijos del Diablo. Lea 1 Juan 3:12 “No como Caín, que era del
maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran
malas, y las de su hermano justas” y Génesis 4:1-8. ¿Qué diría usted que Caín era un hijo de Dios o un hijo
de Satanás?.
En Juan capítulo 8:37-47 leemos acerca de una conversación entre Jesús y los fariseos (los líderes
religiosos de los judíos). Donde en el versículo 37 menciona que los fariseos procuraban
matarle a nuestro señor Jesucristo, a pesar de ser descendientes de Abraham (versículo
41), si una persona odia a Cristo, ¿es Dios en verdad su padre (versículo 42)? Claro
que no. Dijo Jesús quien era en realidad el padre de los presentes porque los deseos
y la voluntad del diablo ellos hacían (versículo 44) y no creían en la palabra
del señor (versículo 45), si una persona no oye y no cree la Palabra de Dios ella realmente no es hijo de Dios (versículo
47).
De acuerdo a Efesios 2:1-3, no llegamos a ser hijos de Dios por nuestro
nacimiento físico. ¿Cómo puede una persona llegar a ser un hijo de Dios? la respuesta
está en Juan 1:12 dice “Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios;”. De modo que para llegar a ser un hijo de Dios, es necesario nacer
de nuevo, Juan 1:13 “los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino
de Dios”, Juan 3:1-7 “…Lo que
es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No
te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. ” y Gálatas 6: 15 “Porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. ”. Cuando una
persona es salva, inmediatamente pasa a ser miembro de la familia de Dios.
Disfruta ahora de una relación con Dios que antes nunca tuvo y puede ahora clamar
“Abba, Padre” lea Romanos 8:15-16 “ Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra
vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba, Padre!. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de
que somos hijos de Dios.” y Gálatas 4:6 “Y por cuanto sois hijos,
Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba,
Padre! ”. La palabra “Abba” es un término muy familiar que significa “Padre” y nos
recuerda a un niño que se dirige a su padre diciéndole “papá” (hablándole a su
padre en un término familiar) o (mi padre).
De acuerdo a Efesios 6:1 “Hijos, obedeced en el Señor
a vuestros padres, porque esto es justo.” y Colosenses 3:20 “Hijos, obedeced a vuestros
padres en todo, porque esto agrada al Señor.”, la
responsabilidad que los hijos tienen hacia sus padres es la obediencia. Como
hijos de Dios, es nuestra responsabilidad hacia Dios la obediencia absoluta. De
modo que debemos andar como Hijos de Dios, 1 Pedro 1:14 “como hijos obedientes, no os
conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;”.
En Efesios 5:1 dice “Sed, pues, imitadores de
Dios como hijos amados.” A menudo los hijos siguen el ejemplo de sus padres. Se parecen a sus
padres. A veces actúan como sus padres y los imitan en diversas maneras. Como
creyentes en Cristo, debemos imitar a nuestro Padre Celestial, lo que significa
que debemos ser como ÉL.
1. 1 Pedro 1:15-16. Como ÉL es santo, nosotros debemos ser santos.
2. Lucas 6:36. Como ÉL es misericordioso, nosotros debemos ser misericordiosos.
3. Mateo 5:48. Como ÉL es perfecto, nosotros debemos ser perfectos.
4. Efesios 4:32. Como ÉL es perdonador, nosotros debemos ser perdonadores.
5. 1 Juan 3:3. Como Él es puro, nosotros debemos ser puros.
El deseo de nuestro padre es la siguientes, lea 1 Pedro 2:2 “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no
adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” y 2 Pedro 3:18 “Antes bien, creced en la
gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria
ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”.
Amigo(a) si
usted entendió este mensaje, tiene fe de parte de Dios y desea ser hijo(a) puede
realizar esta oración: "Oh Dios,
reconozco que soy un (una) pecador(a), me arrepiento de mis pecados. Creo que
Jesucristo murió por mis pecados, que resucito de la tumba y que vive para
siempre. Abro la puerta de mi corazón y de mi vida recibiendo al Señor Jesús
como mi único Salvador. Deseo que Él sea el Señor de mi vida. Y le entrego mi
vida y mi corazón y le confieso con mis labios para que Él sea mi único
Salvador. Amen
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