Muchos nos afanamos por tener
dinero y servirnos de ella, para satisfacer nuestros lujos y necesidades. Pero si
nos percatamos veremos que una moneda
tiene dos lados diferentes, lo que comúnmente llamamos cara y sello. Que puede
representar la forma de vida que llevamos, dos reinos alas cuales pertenecemos,
dos caminos que seguimos. La humanidad ha decidido libremente elegir la forma
de vivir que más se acomode a su estilo, cada persona programado por sus patrones
mentales ha construido su propio laberinto o su palacio de felicidad. Por ello
sabemos que siempre habrá dos frentes y a lo cual no somos ajenos porque ya
pertenecemos a uno de ellos, por obligación o por voluntad propia. De la misma
manera los reinos espirituales son dos frentes bien demarcados y diferenciados.
La pregunta es ¿a cuál de ellos pertenece usted? La respuesta es suya, si aún
no ha escuchado de ellos es sumamente urgente que lo sepa hoy.
1. Veamos el primer lado de la moneda, reino invisible de Satanás:
La Biblia dice que el príncipe de este mundo es Satanás, con todo lo malo que
en ella hay. Jesús mismo hizo hincapié
refiriéndose a aquellos que no le recibieron como su salvador, que el diablo
(Satanás) era el padre de la humanidad por que sus obras eran malas (pecado),
así como el mismo diablo que desde el principio peco: Juan 8:44-47. Veamos cómo
se expresa el mal en nuestra comunidad
1.1 Sus obras son malas y perversas:
En la carta a los Gálatas el apóstol pablo: dice “manifiestas son
las obras de la carne que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas…no heredaran el reino de Dios” Gálatas 5:19-21. Estos son
las practicas humanas del reino de Satanás, cuyo contentamiento haya él. En 2º
Timoteo 3: 2-5 encontramos “porque habrá hombres amadores de sí mismo, avaros,
vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos,
impíos, sin afecto natural, implacable, calumniadores, intemperantes, crueles,
aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de
deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negaran la eficiencia
de ella…” cada día será peor si usted está viviendo bajo el reino de Satanás
(2º Timoteo 3: 13).
1.2 Fin de este reino: Este reino tendrá su fin terrenal como reino y un destino horrendo, una
perpetúa morada, a un viaje sin retorno, el último rincón donde llega el alma:
el infierno. El infierno no es un mito,
el infierno no está en la tierra como muchos dicen, tampoco Dios quiere
infundir miedo a la humanidad; aquel lugar no es para ti, solo para Satanás y
sus demonios. “Si continúas eligiendo este reino irás a parar juntamente con él
a este lugar de sufrimiento”. En la carta 1º corintios 6:9-10, nos confirma que
las personas que practican tales pecados mencionadas al principio no podrán
elegir o heredar el reino del Señor Jesucristo, si no que irán al lugar de
dolor, Salmos 9:17 nos advierte una vez
más “los malos serán trasladados al infierno…”, “…allí será el lloro y crujir
de dientes” Mateo 22:13, también el
apóstol Juan en Apocalipsis 20:15, 21:8, 19: 20, 20:10 confirma lo dicho,
¡quién podrá librarte de este reino maligno! cuya sentencia es terrible.
2. Ahora veamos el otro lado de la moneda, reino del
señor Jesucristo: Jesucristo es el hijo de Dios que vino a este
mundo encarnado (se hizo hombre) Juan 1:1-18, y nos anunció el reino de Dios,
Lucas 17:20-21, Mateo 12:28 Jesús está
hablando de sí mismo, no hay otro reino, ni líder, que Jesucristo, el reino de
Dios (Marcos 13:21).
2.1 Sus obras son buenas de bendición para el hombre: Las obras de
este reino también son evidentes, vemos el libro de Gálatas 5:22-23 “…es amor,
gozo, paz, paciencia benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza,…” en el
evangelio san Mateo 5: 1-12 podemos ver el carácter del hombre de este reino.
2.2 El destino feliz de este reino: Del mismo modo no nos
quedaremos aquí, sino que iremos a una morada celestial. El cielo es la
herencia de los cristianos: 1º Pedro 1:3-5,
Hebreos 9:15 “…los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”,
Mateo 25:34 “…heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del
mundo” donde los mayores maravillas terrenales no se pueden comparar con los
verdaderas delicias del reino del señor. Apocalipsis 21:9-27, 22:1-5 “después
me mostró un rio limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que
salía del trono de Dios y del Cordero”.
Mi estimado lector la decisión es
suya, no será fácil si usted elige lo mejor, el reino de Jesucristo, la
verdadera libertad hallaras. Leamos en el evangelio de Juan 8:36 “Así que, si
el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”, solo él puede liberarte de
las tinieblas de Satanás, de las cadenas de la esclavitud, resucitarte de la
muerte, y el estará contigo en los
peores momentos, no lo dudes puedes acercarte confiadamente, porque él nos
dice: “…al que a mí viene, no le echo afuera” Juan 6:37. Su amor es
incondicional, “porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo
unigénito, para que todo aquel que en él
crea, no se pierda, más tenga vida eterna” Juan 3:16 y su regalo más grande es la
vida eterna Romanos 6: 23b, hay un solo camino Hechos 4:12, y solo un mediador
para el hombre 1º Timoteo 2:5, el señor Jesucristo. Si su decisión es la correcta
haga esta oración: “señor Jesucristo reconozco que soy pecador, te suplico que
me perdones, ahora creo en ti y te recibo en mi corazón como ni único verdadero
salvador y señor de mi vida, bajo tu gobierno quiero vivir. Libera mi alma de
toda condenación y del reino dé la oscuridad. Gracias señor Jesucristo por ser mi
salvador y señor. Amén”. Si has hecho
esta pequeña oración con una Fe verdadera, ten por seguro que Jesús vive en ti
y tú en el señor Jesucristo, eres parte de la familia de Dios por el poder del
Espíritu santo; 1º Juan 4:13, tus pecados son perdonados limpiados por su
sangre; 1º Juan 1:7 y eres hijo de Dios; Juan 1:12, esto es real por que
Jesucristo venció la muerte y a Satanás (Efesios 1:19-22, Colosenses 2: 15). Si
aún no entiendes con claridad o despertó tu curiosidad este mensaje, comunícate
con nosotros.